Obras maestras de vino y licores en su puerta
Envío gratuito a partir de 1000€ sin IVA (EEUU y Europa) y pedido preparado en 24h.
Fue Marcel OTT, ingeniero agrónomo, quien, a partir de 1896, adquirió los Domaine que designó con el nombre de Domaines d'OTT. Con una pasión resuelta, emprendió la replantación con variedades de uva nobles para devolver la vida a estos grandes vinos Provence dignos de una tradición milenaria.
Cada Domaine Ott se cultiva con pleno respeto a la naturaleza. Se cuida la tierra sin tratamientos químicos ni producciones intensivas.
Las cepas sobreenvejecidas se sustituyen para proporcionar una calidad homogénea a los vinos de ambos Domaine. A lo largo de los años, cada una de ellas ha sido pacientemente remodelada para crear las mejores condiciones de cultivo, en espalderas y terrazas. Esta regularidad permite un drenaje natural sin escorrentías para mantener el suelo y su carácter. Los abonos orgánicos se utilizan de forma natural y las vides están conducidas en espaldera. La fermentación del mosto se inicia en cubas y la maduración tiene lugar en barricas de roble. Los Domaine se encuentran hoy entre los más famosos, más exigentes y mejor conservados de Provence.
Esta es la firma de un gran Maître de Chai que sabe cincelar los sabores y fragancias de las viñas de Provenza.
Este es un vino de mezcla de los mejores terruños donde están plantados Clos Mireille, Château Romassan y Château de Selle.
Cada uno aporta salinidad con el esquisto de los suelos de Clos Mireille, sutiles aromas de piedra de fuego de los suelos calizos de Château de Selle, ligeros aromas de cítricos y flores blancas de los suelos de arenisca calcárea de Château Romassan.
Es la cuarta generación de los hijos Ott, poseedores de un patrimonio de saber hacer forjado a lo largo del tiempo en los vinos de Provenza que han sabido, como un Maestro de la pintura, pintar con trazos sucesivos este vino rico en facetas e innumerables.
Este es un vino de Francia, un feliz matrimonio de Côtes de Provence y Bandol, elaborado con un 80% de uvas Garnacha y Mourvèdre.
En nariz y paladar: frutas de pulpa blanca como la nectarina o el melocotón de viña mezcladas armoniosamente con presencias de salinidad aportadas por el viento del sur y el sol mediterráneo.
Largo en boca, con notas de cítricos como el limón de Menton o el albaricoque de Creta.
Es un vino seductor con ostras del Etang de Thau, gambas rellenas, tellines, un tian o vieiras sobre un lecho de puerros perfumados con Noilly.
O mejor aún, con una lubina a la plancha o una bourride de rape a la Sétoise. Amplio y festivo con una ensalada de fruta fresca de kiwis, fresas silvestres, frambuesas, albaricoques y melocotones de viña blanca.
El acompañamiento perfecto para un aperitivo
