Un año en el que la climatología fue excepcional y favorable a una floración óptima, con un mes de agosto alternativamente soleado y moderadamente lluvioso, lo que exaltó unos racimos muy bonitos y una maduración de calidad.

El color es ámbar intenso y brillante.

Tanto en nariz como en boca: espléndido equilibrio, con un primer ataque de fragancias primaverales como la esparceta, el trébol y el espino, seguido de tabaco rubio con toques de almizcle, y una longitud única en el paladar con frutas confitadas como la ciruela y el albaricoque, con toques muy finos de cuero para terminar con toques de chocolate y moca.

Para disfrutar al final de una comida con los amigos y la familia en un pastel de chocolate o en cuadrados de chocolate negro o trufas de chocolate. Es la cosecha de coñac ideal para compartir mientras se escucha la música favorita, se huele la copa en forma de tulipán y se bebe al compás, manteniendo la copa en el fondo de la palma de la mano para captar las capas de fragancias y sabores de este coñac excepcional.