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Un año mítico por las excelentes condiciones meteorológicas.
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Una casa de Cognac creada en 1858 por Jean Baptiste DOR, continuada por su hijo Amédée Edouard DOR que buscaba, elegía y coleccionaba los mejores Cognac y las mejores eaux de vie. En aquella época, los profesionales le llamaban "el anticuario del Cognac". Después de envejecer en barricas de roble durante décadas (70 años y más), algunos de estos venerables Eaux de vie de Grande Champagne, los Premier Cru de Cognac, fueron cuidadosamente recogidos en la plenitud de su aroma en Dames-jeannes selladas con cera, con el fin de pRéserver y preservarlos intactos.
Hoy, estas garrafas de vidrio duermen en una bodega Secret llamada "Paradis", inalterada desde su creación, exhibiendo con orgullo sus prestigiosas añadas. Joyas de la Casa AE DOR, sus orígenes son generalmente anteriores a la famosa filoxera, es decir, a 1874. Conservan intacto su precioso contenido desde hace más de un siglo y justifican la reputación de la Casa AE DOR en todo el mundo.
1989, un año mítico, al igual que 1990, porque las condiciones climáticas durante las cuatro estaciones fueron perfectas, dando una magnífica floración en el momento oportuno de los brotes y las hojas, una floración perfumada en julio bajo un sol brillante, un envero en agosto que vio una alternancia de lluvia y sol favoreciendo la maduración de las bayas con placer, ofreciendo una cosecha sana por un sol de otoño fresco y seco.
Se trata de un coñac procedente exclusivamente de vinos cosechados y destilados en 1989 en la Grande Champagne, clasificada como Premier Cru en la región del coñac.
Desde entonces, el coñac ha envejecido en pequeñas barricas de roble francés a la sombra de bodegas centenarias.
El abrigo es de caoba de Cuba.
Tanto en nariz como en boca: un coñac infinito en una paleta de perfumes y sabores que van desde las flores blancas de primavera, como el espino blanco o el osmanthus, hasta las especias (pimienta gris y negra), la canela, la nuez moscada, las frutas confitadas como la ciruela de Ente o la ciruela mirabel de Alsacia o el albaricoque, para terminar en una diversidad de cafés y mocas.
Una degustación de tartas de chocolate negro o de helados noruegos o de vainilla o de una tarta de albaricoque o de cereza negra del País Vasco será un plus.