

Ayala Blanc de Blancs 2016
Un Blanc de Blancs elaborado en cantidades limitadas y sólo en añadas excepcionales.
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Ayala
Edmond de Ayala en 1855, hijo de un diplomático colombiano, se instaló en Mareuil en Champagne para aprender a hacer vino. Se casó en 1858 con una d'Albrecht que trajo en la cesta de bodas el Château de Aÿ y su viñedo y juntos fundaron la Maison Ayala en 1860 y la marca fue registrada en la secretaría del tribunal de comercio de Reims en 1875.
El hermano de Edmond, que entretanto se había instalado en Londres y era muy amigo del Príncipe de Gales, pidió a su hermano que fabricara un Champagne de baja dosificación y Ayala se convirtió así en el proveedor oficial de la corona inglesa. Se crea la imagen de Champagne Ayala y también su éxito.
Las vicisitudes de la crisis de la filoxera en la década de 1885, que casi acaba con el viñedo, el incendio de las bodegas y del Château en 1910, la guerra de 1914-1918 y la crisis de 1929 debilitan al Ayala, que pasa de mano en mano hasta 2005, cuando es comprado por el Bollinger, cuyas bodegas son casi contiguas y dan a la misma calle.
Descripción Ayala Blanc de Blancs 2016
Se trata de un Champagne Blanc de Blancs elaborado en cantidades limitadas y sólo en añadas excepcionales.
El año 2016 responde plenamente a esta exigencia: frescura, elegancia y pureza de los Chardonnays procedentes de los 3 viñedos clasificados como Grand Cru de Champagne: Chouilly, Mesnil-sur-Oger y Cramant, completados por los viñedos de Cuis y Vertus clasificados como Premiers Crus.
Los vinos envejecen en botellas y bodegas durante un mínimo de 6 años.
El color es cristalino y brillante con reflejos de oro blanco.
En nariz destaca la elegancia de los Grands Crus: un amplio abanico de aromas de frutas amarillas maduras como el melocotón, el albaricoque, el membrillo con unos toques ácidos y minerales muy finos. En boca es vivo, amplio y sedoso, con notas de fruta blanca como la pera y la manzana, y de cítricos como la miel de acacia y el limón de Menton. El final es mineral y calcáreo con un toque de pastelería muy agradable.
Maridaje: perfecto como aperitivo con canapés/mariscos o como entrante con salmón ahumado o trucha de Auvernia.
También es bueno con ceviche de dorada con limón, risotto de gambas o ternera braseada al romero.
Servir a unos 10/12°C pero no menos para no resecar las sutiles fragancias y sabores de este vino de grandes cualidades.
Un vino que debe mantenerse alejado de la luz y el ruido con un nivel de humedad óptimo del 70%. Es aconsejable realizar catas a lo largo del tiempo para medir su evolución cualitativa hasta su punto álgido, que no debe superarse.