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Obras maestras de vino y licores en su puerta
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Creada en Cumières en 1872 por Lucien Leclerc, la Domaine se trasladó a Epernay en 1955, a sus actuales instalaciones del Chemin de la Chaude Ruelle. Al mismo tiempo, bajo la dirección de Bertrand Leclerc, bisnieto del fundador, y su esposa Jacqueline Briant, el Domaine se convirtió en Maison de Négoce y adoptó el nombre de Leclerc Briant. En 1980, Pascal Leclerc sucedió a sus padres y continuó su labor.
En 2012, la compra de Leclerc Briant por Mark Nunnelly y Denise Dupré rescató a la Maison del olvido. Esta pareja estadounidense, apasionada del art de vivre francés, se enamoró de esta Maison inconformista. Unieron sus fuerzas a las de Frédéric Zeimett, oriundo de Champagne, que desde entonces ha llevado a la Maison cada vez más allá de los códigos de Champagne, al servicio de la expresión de un estilo único, ahora reconocido internacionalmente.
Esta cuvée de Maison Leclerc Briant se elabora exclusivamente con Meunier de Chamery, Premier Cru de Montagne de Reims. Las viñas se gestionan según principios biodinámicos.
Si tuviéramos que resumir la añada 2016 sería: heladas, granizo, lluvia y enfermedades. Sin un mes de septiembre muy bueno, la cosecha habría sido catastrófica. Sigue siendo un año con una calidad muy heterogénea; podemos decir que la uva Meunier se comportó muy bien, dando vinos más de potencia y riqueza que de finura. Las cualidades del terruño de Chamery nos permitieron producir una cosecha de muy buena calidad.
Esta cuvée se vinifica y envejece en barricas de roble durante 9 meses. Una vez embotellados, los vinos permanecerán 5 años en la bodega antes del degüelle (febrero de 2022). El dosage es de 1,8g/L, es un Brut Zéro.
Este Champagne ostenta un color oro amarillo pálido con un aspecto luminoso y reflejos amarillos intensos. En nariz es elegante, sobre peonía, tila y anís estrellado, fresco y dinámico, con notas de kumquat y naranjas sanguinas, y finalmente infinitamente afrutado, ciruela mirabel, albaricoque, membrillo.... Termina con notas pasteleras de pan tostado, miel de primavera y pistacho. En boca es pulposo, jugoso y sápido. Un fondo cremoso y calcáreo marca la expresión mineral, estimulada por un toque de acidez anaranjada que le confiere su longitud.
Este Blanc de Meunier 2016 de Maison Leclerc Briant sublimará sin duda una dorada real, salsa de leche de coco, cítricos y azafrán. Pero su excepcional expresión afrutada también contrarrestará el yodo de un caviar de Beluga.
