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Obras maestras de vino y licores en su puerta
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Creada en Cumières en 1872 por Lucien Leclerc, la Domaine se trasladó a Epernay en 1955, a sus actuales instalaciones del Chemin de la Chaude Ruelle. Al mismo tiempo, bajo la dirección de Bertrand Leclerc, bisnieto del fundador, y su esposa Jacqueline Briant, el Domaine se convirtió en Maison de Négoce y adoptó el nombre de Leclerc Briant. En 1980, Pascal Leclerc sucedió a sus padres y continuó su labor.
En 2012, la compra de Leclerc Briant por Mark Nunnelly y Denise Dupré rescató a la Maison del olvido. Esta pareja estadounidense, apasionada del art de vivre francés, se enamoró de esta Maison inconformista. Unieron sus fuerzas a las de Frédéric Zeimett, oriundo de Champagne, que desde entonces ha llevado a la Maison cada vez más allá de los códigos de Champagne, al servicio de la expresión de un estilo único, ahora reconocido internacionalmente.
La casa Leclerc Briant no sólo es pionera en viticultura ecológica, sino también en selección de parcelas. Este Grand Blanc se elabora exclusivamente a partir de cepas de Chardonnay de terroirs clasificados Grand Cru en Côte des blancs, incluida una antigua parcela que Leclerc Briant posee en Cramant.
El año 2015 nos ofreció un verano caluroso y Sec que provocó estrés hídrico, pero afortunadamente unas bienvenidas lluvias en agosto impulsaron el progreso de la maduración. El Pinot Noir sufrió menos que el Chardonnay, que fue mucho más heterogéneo, desde vegetal cuando se vendimió demasiado pronto hasta pesado cuando se vendimió demasiado tarde. La gran mineralidad del terruño de la Côte des blancs nos permitió producir una cosecha de muy alta calidad.
Los vinos se vinifican y envejecen durante 10 meses en barricas que contenían Château d'Yquem y Château Haut Brion blanc. Se degüellan tras un largo periodo de envejecimiento de al menos 5 años. Este Champagne, sin dosificación y sin azufre, deja que la Chardonnay se exprese plenamente, con su jugo afrutado y su marco mineral salino.
La capa de este Champagne es luminosa, de un color dorado con reflejos verde pálido. La nariz es rica y golosa, sobre mantequilla caliente (brioche, croissant caliente...), merengue y caramelo de leche, pero también pera y pistacho, apenas levantados por un toque de hierbaluisa y menta silvestre. El paladar es limpio y fresco, con una mineralidad fuerte y calcárea, y termina con una deliciosa y persistente veta salina.
Este Grand Blanc 2015 de Maison Leclerc Briant será el compañero ideal de un medallón de rape con costra de nueces, risotto y setas porcini.
