2005 es una de las grandes añadas del viñedo bordelés. Todas las condiciones climáticas permitieron producir una gran cosecha de vinos tintos. El hilo conductor fue una temporada marcada por un sol constante sin excesivo calor, así como una alternancia de días calurosos y noches frescas en agosto y septiembre que ofrecieron una innegable calidad de cosecha.

Mezcla de la añada 2005: 78% Cabernet Sauvignon, 22% Merlot.

La capa sigue siendo de un rojo intenso, con sutiles reflejos tintados.

La nariz es particularmente expresiva, ofreciendo bellas notas de frutos negros, cedro y cardamomo, seguidas de pan de especias y pimienta de Sichuan.

El ataque es franco y preciso, dando paso a un vino persistente llevado por un agradable marco acidulado. Jugando en un registro terciario con sabores de café y trufa, está envuelto en taninos muy elegantes que lo llevan a un final persistente con una agradable frescura. La imagen perfecta de un gran vino de Pauillac sublimemente evolucionado.

Maridaje:

El Château Grand-Puy-Lacoste 2005 acompaña perfectamente un filete de ternera con foie gras y setas porcini, un magret de pato con salsa de pimienta verde, un venado a las 7 con especias, un filete de marcassin al oporto o un salmis de paloma torcaz.

Para un maridaje con queso, elija quesos de pasta prensada sin cocer: Edam, Gouda, Saint-nectaire, morbier, Tomme de Savoie o Salers.

De postre, termínelo con un mi-cuit de chocolate, una tarta de capas al estilo París-Brest o un entremets de praliné.

Potencial de envejecimiento y degustación:

El Château Grand-Puy-Lacoste 2005 aún puede esperar en bodega hasta 2030 para afinar su potencial.

Pero ya está listo para ser degustado. Para ello, procure colocar la botella la noche anterior en la sala de servicio a temperatura ambiente. Lo ideal es abrirla de 5 a 6 horas antes de la degustación, con una posible decantación después de 1 hora de abierta.

Las botellas deben conservarse en la bodega, protegidas de la luz, tumbadas, a un grado higrométrico óptimo del 70%.