

Château Smith Haut Lafitte 2018
Una de las mejores firmas de Pessac-Léognan.
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Château Smith Haut Lafitte
El Château Smith Haut Lafitte es uno de los nombres más famosos de la denominación Pessac-Léognan, apodada la "más Graves de las Graves" debido a la naturaleza atípica de su terruño. Domaine se fundó en 1365 y entonces se llamaba Haut Lafitte por su situación geográfica. Luego, cuando Georges Smith, un comerciante de origen escocés, la adquirió en el siglo XVIII, le añadió su nombre y construyó el monasterio cartujo que hoy conocemos.
Grand Cru Classé en tinto en la clasificación de Graves, Château pertenece desde 1990 a Daniel y Florence Cathiard, comprometidos desde hace varios años con un enfoque de bioprecisión que combina innovación y técnicas tradicionales tanto en el viñedo como en la bodega. Los vinos se elaboran a partir de un cultivo ecológico sin insumos químicos, enriquecido con métodos biodinámicos que contribuyen a la expresión del terruño.
El Château Smith Haut Lafitte se basa en un viñedo de 78 hectáreas plantado en una excepcional ladera pirenaica de grava.
El vino se elabora con un 65% de Cabernet Sauvignon, un 30% de Merlot, un 4% de Cabernet Franc y un 1% de Petit Verdot. El grand vin envejece durante 18 meses en barricas de roble francés, de las cuales entre el 30 y el 60% son nuevas. El Petit Haut Lafitte es el vino tinto Second.
- La variedad de uva blanca es 90% Sauvignon blanc, 5% Sauvignon gris y 5% Semillon. El gran vino blanco envejece entre 12 y 15 meses en barricas de roble francés, de las cuales entre el 30 y el 60% son de madera nueva. Petit Haut Lafitte es el vino blanco Second.
El Château Smith Haut Lafitte produce vinos de estilo propio. Los tintos son potentes, equilibrados y expresivos en nariz y paladar, mientras que los blancos son elegantes, suaves y tensos.
Descripción Château Smith Haut Lafitte 2018
Un gran vino de Graves-Pessac-Léognan nacido en excelentes condiciones climáticas.
El color es púrpura oscuro con algunos reflejos de jade negro.
Tanto en nariz como en boca, una paleta aromática muy rica que va desde pequeños frutos negros como la mora, la grosella negra o la cereza negra del País Vasco, ligeramente mezclados con pequeños frutos rojos (frambuesa y fresa silvestre).
En el segundo ataque, notas florales de especias como pimienta blanca, anís, regaliz, anís estrellado con una mineralidad final.
El paladar es redondo y sedoso, con finos toques de taninos bien cincelados, condición favorable para un largo envejecimiento.
Es un gran vino para reposar durante varias décadas, cuyas cualidades seguirán creciendo con un pico probable en 2030.
También es un vino para degustar inmediatamente, tan grandes son sus cualidades.
Los frascos deben conservarse tumbados, lejos de la luz y el ruido, con un nivel de humedad de alrededor del 70%.
Debe decantarse con al menos seis horas de antelación a temperatura ambiente para que desarrolle sus capas de sabores y aromas.