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Obras maestras de vino y licores en su puerta
Château Léoville Poyferré 2016
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Château Léoville Poyferré
Sinónimo de finura aromática y elegancia, el Château Léoville Poyferré se encuentra al norte de la prestigiosa denominación Saint-Julien. Fue creado en 1840 a raíz de las distintas divisiones del Domaine de Léoville, y pasó a ser propiedad del Barón de Poyferré, quien le añadió su nombre.
Fue coronado Segundo Grand Cru Classé en la prestigiosa clasificación de 1855. La familia Cuvelier, comerciantes de vinos, lo adquirió en 1920. Desde hace 40 años, Didier Cuvelier dirige la reestructuración del viñedo, respetando el entorno y el terruño. Su prima Sara Lecompte Cuvelier tomó las riendas en 2018.
El viñedo abarca 58 hectáreas de viñas, plantadas con un 61% de Cabernet Sauvignon, un 27% de Merlot, un 8% de Petit Verdot y un 4% de Cabernet franc. Los vinos se envejecen íntegramente en barricas de roble, de las cuales el 80% son nuevas, durante un periodo de 18 a 20 meses.
Le Pavillon de Poyferré, segundo vino del Domaine, se elabora principalmente con Merlot.
El Château Léoville Poyferré es un vino sublime, que ofrece mucha potencia y cuerpo sin perder su sutileza.
Notas de los críticos profesionales Château Léoville Poyferré 2016.
Descripción Château Léoville Poyferré 2016
Un Grand Cru Classé de 1855 que, más que nunca, merece este prestigioso título por las cualidades de su añada 2016
Color: morado oscuro casi jade.
Potente nariz de cerezas negras del País Vasco, grosella negra y arándanos con un toque de violeta amaderado y vainilla y un fino toque de chocolate negro. El paladar es agradablemente tánico con una longitud impresionante, muy bien equilibrado y sobre frutos rojos.
Según los enófilos y los críticos, es, con mucho, el vino más exitoso que se ha elaborado de este emblemático vino.
Sin duda, un vino de guarda, embotellado en la bodega, protegido de la luz y el ruido con un grado higrométrico en torno al 70%, con sucesivas catas para medir su evolución cualitativa y captar su punto álgido.
Decántalo tres o cuatro horas antes de servirlo para que exprese su poder olfativo y sus excepcionales sabores.