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Obras maestras de vino y licores en su puerta
La cumbre se alcanza cuando es coronado con el título de Second Grand Cru Classé en 1855, en el momento de la famosa clasificación de los vinos del Médoc. El edificio de estilo victoriano del Château tal y como lo conocemos hoy se terminó de construir a finales del siglo XIX, bajo la égida de su propietario de entonces, Nathaniel Johnston, un comerciante del Bordeaux. Desde 1941 pertenece a la familia Borie, siendo Bruno-Eugène Borie la tercera generación que lo eleva cada vez más a la excelencia.
El viñedo de 75 hectáreas está situado en un terruño excepcional, los suelos están compuestos de grava cerca del estuario de la Gironda, lo que permite proteger las vides de las heladas gracias a la regulación térmica. Este terruño permite el florecimiento del Cabernet Sauvignon, con un 70% de las cepas plantadas donde alcanzan su madurez óptima, y del Merlot, con un 30%. Los vinos envejecen durante 18 meses en barricas de roble, el 60% de las cuales son nuevas.
El Château produce un vino Second, Croix de Ducru-Beaucaillou, en parcelas situadas más al oeste, en la denominación Saint-Julien.
El Château Ducru-Beaucaillou es reconocido hoy como uno de los grandes vinos del Saint-Julien, cargado de historia y de un rigor impecable. Los vinos son potentes, equilibrados, carnosos y maduran con el tiempo.
El bouquet seduce con un seductor perfume que combina delicadas violetas, opulenta crema de cassis y coulis de moras, y exótico anís estrellado con definición cristalina.
Un cuerpo pleno de frutas densamente concentradas y taninos bien entretejidos que envuelven la boca dan una lujosa textura envolvente al paladar.
Los opulentos sabores son realzados por una exquisita frescura y un borde mineral salino define el final muy largo y suculento.
Con su yuxtaposición de riqueza concentrada y elegancia refinada, el 2022 tiene un glamour atemporal con un toque moderno.