
20€ gratis para tu primer pedido suscribiéndote a la Newsletter
El Château Branaire-Ducru es uno de los Domaine más modernos del Saint-Julien, cuyos vinos especialmente elegantes sólo invitan al placer. Su primer propietario fue un notario bordelés, Jean-Baptiste Braneyre, que en 1680 vio todo su potencial. El Château tal y como lo conocemos hoy fue construido por sus descendientes, la familia Duluc.
En 1855, el Château Branaire fue nombrado al rango de Cuarto Grand Cru Classé en la famosa clasificación oficializada para la Exposición Universal de París. El nombre de Branaire (Duluc-Ducru) fue finalmente adoptado por Gustave Ducru en 1857. No fue hasta 1988 cuando pasó a manos de la familia Maroteaux, marcando el inicio de una era de modernidad con el objetivo de obtener grandes vinos, irreprochables en términos de expresión y complejidad. François-Xavier Maroteaux es ahora la segunda generación que trabaja en esta filosofía.
El Château Branaire-Ducru se asienta sobre un magnífico suelo profundo de grava sobre arcilla, frente al estuario de la Gironda. El viñedo de 60 hectáreas se compone de un 65% de Cabernet Sauvignon, un 28% de Merlot, un 4% de Petit Verdot y un 3% de Cabernet Franc.
La propiedad también produce un vino Second, Duluc de Branaire-Ducru.
Los vinos de Château Branaire-Ducru son vinos de emoción: con cuerpo, complejos y que señalan una verdadera expresión de la fruta.
La añada 2022 es un año de aniversario: la 35ª añada de la familia, pero también la 20ª añada de Jean-Dominique ViDeau. La extraordinaria calidad del 2022 es incuestionable.
¡La mayoría de las puntuaciones se sitúan en máximos históricos! Para el Château, se trata de un magnífico reconocimiento al trabajo realizado por el equipo en esta añada.
Enóloga de Marie Premiers Grands Crus:
Desvelando una seductora envoltura de color rojo intenso, este vino no tarda en revelar una nariz llena de gourmandise.
Sutiles notas de fresa y frambuesa se mezclan con un toque amílico perfectamente dominado.
En boca tampoco se queda atrás. Carnoso y sabroso, sigue aportándonos ese dulzor digno de un auténtico bombón.
Los taninos sedosos y cincelados añaden estructura a este equilibrio ya de por sí increíble.