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El Château Croizet-Bages está situado en la aldea de Bages, en la localidad de Pauillac, en el corazón del Médoc. Fue fundado en el siglo XVII por los hermanos Croizet.
El Château Croizet-Bages sería nombrado Quinto Grand Cru Classé en la famosa clasificación de 1855 para la Exposición Universal de París.
Desde 1942, pertenece a la familia Quié, y hoy son Anne-Françoise y Jean-Philippe Quié quienes lo gobiernan con una pasión familiar que se ha mantenido intacta.
El Château Croizet-Bages vigila un viñedo de 26 hectáreas de cepas plantadas en suelos profundos de grava y arena cascajosa, de las que el 62% son Cabernet Sauvignon, el 28% Merlot, el 6% Cabernet Franc y el 4% Petit Verdot. Los vinos se envejecen durante 18 incluyendo 12-14 meses en barricas de roble francés, con una proporción de madera nueva que oscila entre el 50-55%.
La propiedad produce un vino Second, Alias de Croizet-Bages.
El Château Croizet-Bages ofrece vinos generosos, carnosos y concentrados, donde la pureza de la fruta se funde armoniosamente con los taninos y las especias, seña de identidad de los grandes vinos de Pauillac.
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En retrospectiva, la añada 2022 ha sido un tanto preocupante, entre otras cosas, por algunas de sus características climáticas.
Por un lado, las heladas tempranas, que al final tuvieron poco efecto en la precocidad de la cosecha; y por otro, la sequía y el calor, que comenzaron muy temprano en la temporada y continuaron ininterrumpidamente hasta el final de la vendimia.
El Château Croizet-Bages vio con preocupación cómo sufrían las viñas, pero también con asombro cómo demostraban ser capaces de soportar condiciones tan severas.
Lo que hizo inusual a esta añada fue la duración de este periodo tan caluroso y seco.
Lo que la hizo aún más inusual fue la respuesta de las cepas en términos de fruta, "frescura" y la delicadeza de los taninos.