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Obras maestras de vino y licores en su puerta
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Las raíces del viñedo Albert Boxler se remontan a 1673. Este Domaine familiar está dirigido actualmente por Jean Boxler (nieto de Albert) y su esposa Sylvie. Está situado en NIEDERMORSCHWIHR, entre KALTZENTHAL y TURCKHEIM, un pueblo encerrado en un entorno de mamelones, muy cerca de COLMAR.
Todo el viñedo está plantado en terrazas en pendientes muy pronunciadas, lo que dificulta mucho el trabajo manual de la viña. Ocupa unas 14 hectáreas, con una producción media de 65.000 botellas según el año.
El viñedo está plantado con Riesling (40%), Pinot Gris (20%), Gewurztraminer (20%) y el resto con diversas variedades de uva alsacianas. La casa posee 4 hectáreas del Grand Cru Sommerberg, de 28 hectáreas, así como 2 hectáreas de parcelas en Grand Cru Brand, algunas de las cuales tienen más de 65 años
El vino fermenta en foudres durante un año.
Para proteger la especificidad de cada terruño, los vinos se vinifican parcela por parcela sin mezclarlos necesariamente.
"El Domaine Albert Boxler ofrece una consistencia y una calidad que pocas propiedades en Francia pueden igualar" (Guide Parker 2013).
" Jean Boxler cultiva con destreza los terruños graníticos de los alrededores de Niedermorschwihr. La mitad de las parcelas del Domaine están situadas en los grands crus de... Ver más ...
El Domaine Albert Boxler, situado en Niedermorschwihr, cerca de Colmar, en Alsacia, cultiva 14 ha de viñedos, la mayoría situados en laderas muy empinadas, organizados en terrazas, que requieren trabajo manual.
La mitad de sus parcelas se encuentran en los Grands Crus Sommerberg y Brand.
Este último (1,9 ha) es un terruño cálido (Brand significa "fuego"), orientado al Sur/Sureste, compuesto por granitos pobres y arcillas; fija los minerales y cede toda su salinidad a las cepas viejas y profundamente enraizadas.
La Riesling, tardía y caprichosa cuando hace frío, se expresa aquí magníficamente.
Los vinos son concentrados, francos, puros, vibrantes y logran un equilibrio soberbio.
Esta añada 2019 es luminosa, con intensas notas de glicinia, flor de saúco, ciruela mirabel y mango, todo ello puntuado por pequeñas notas ahumadas.
El paladar es cincelado, vigorizante, presentando pera, canela y mandarina.
El final es fresco, mentolado, sápido.
Esta sensación de energía frutal maridará perfectamente con vieiras cítricas.
