Clos de Vougeot
En plena Côte de Nuits, el Clos de Vougeot ocupa el mismo una gran parte de la comuna de Vougeot, entre Chambolle-Musigny y Flagey-Échezeaux / Vosne-Romanée. Sobre el Clos, el Musigny y los Grands-Échezeaux ocupan la vertiente del cerro.
La caliza reina, en todos los ámbitos de una gran reputación.
Fundada hacia 1110 por la Abadía de Císter la cual conservará la propiedad hasta 1789, el Clos de Vougeot es un viñedo compuesto de varios propietarios de los cuales cada uno de ellos cuenta con 50,59 hectáreas rodeado de muros que lo cercan desde hace ya 5 siglos. Su vino es una de las figuras de proa dentro los Grands Crus rojos. Su denominación Grand Cru data del 31 de julio de 1937, los cuales no representan que un 1,5% de la producción total de los Bourgognes.
El Castillo del Renacimiento posee gigantescos lagares que datan del XII, XIII y XIV° siglo. Abierto siempre para ser visitado y la Confrérie des Chevaliers du Tastevin tiene aquí sus Capítulos: hace la más bella mesa anfitriona de Francia.
Actualmente, son numerosos los propietarios de este prestigioso viñedo: no podríamos entonces no podemos dibujar un retrato único de los vinos de Clos de Vougeot.
Sin embargo, algunas líneas en común se asemejan. Una vestidura muy intensa : rojo frambuesa de granate profundo. La suavidad de su buqué evoca la primavera: un rosa que hace eclosión al alba, violeta al rocío del amanecer, resedas húmedas. A ellos se les unen las moras, frambuesas, menta salvaje, regaliz, trufa…
En el paladar, un sabor que reina, rico en savia y en blando, donde se mezclan la finura y la elegancia y una carnosa plenitud. Fuerte persistencia en boca. Son vinos que se pueden guardar 10, 20, casi 50 años.
Perfecto para acompañar con carnes almizcladas, entreveradas y suaves: chuletón, cordero estofado, ternera asada en champiñones o con cualquier otra ave de caza, en salsa o sencillamente asado. Aquí la carne no debe estar muy dura ni firme, con el fin de que los taninos del Clos de Vougeot las envuelven con ternura sin dominarlas.
Con quesos: quesos preferentemente suaves con una corteza lavada: Époisses, Langres, Soumaintrain, Saint-Florentin, Saint-Nectaire y con el queso de Cîteaux del cual los monjes crearon el famosos Clos.