Situado a la entrada de la denominación Saint-Julien, el Château Beychevelle, con su arquitectura que le ha valido el sobrenombre de "Versalles del Médoc", no deja indiferente a nadie. Fue la fortaleza de los duques de Epernon y, en particular, del primero de ellos, Jean-Louis Nogaret de La Valette, Gran Almirante de Francia. Según la leyenda, la posición estratégica de Château a orillas de la Gironda les permitía obligar a los barcos que remontaban el río a pagar un octroi, una especie de peaje. Los barcos tenían que arriar las velas en señal de lealtad. Beychevelle deriva así su nombre y su emblema, un barco con un grifo en la proa, del antiguo nombre gascón Bêcha Vêla, que significa "Vela baja".
Construido en el siglo XVII, reconstruido por el marqués de Brassier en 1757, el Château recuperó su esplendor original a finales del siglo XX. Entretanto, ha obtenido el título de Cuarto Grand Cru Classé en la prestigiosa clasificación de 1855, publicada con motivo de la Exposición Universal de París. La propiedad pertenece ahora a los Grands Millésimes de France.
El viñedo de Château Beychevelle está plantado en suelos profundos de grava del Garona, con una superficie de 92 hectáreas de viñas plantadas con un 56% de Cabernet Sauvignon, un 40% de Merlot, un 3% de Petit Verdot y un 1% de Cabernet Franc. Los vinos envejecen durante 18 meses en barricas de roble, el 60% de las cuales son nuevas.
La propiedad produce un vino Second, Amiral de Beychevelle, y un tercer vino clasificado como Haut-Médoc, Les Brulières de Beychevelle.
Los vinos de Château Beychevelle son armoniosos y picantes, concentrados y finos, en consonancia con la belleza de su entorno.
